Nacido en París (Francia) el 9 de abril de 1821, quedó huérfano de padre a muy pronta edad y nunca llegó a tener una buena relación con el nuevo marido de su madre —un rígido militar—, suponiendo este matrimonio para Baudelaire un profundo trauma que derivó en múltiples problemas de disciplina.
Ya en su primera juventud, mientras cursaba los estudios de Derecho, entabla amistad con poetas y dramaturgos a la par que inicia una vida dominada por las drogas, el alcohol y el desenfreno sexual. Su conducta escandaliza a la ciudad, lo que no impide que tras renegar de acceder al cuerpo diplomático inicie una exitosa trayectoria como crítico y traductor. Es en esta época cuando alumbra su primera obra, Salón de 1845. Una década después brindaría al mundo su poemario más afamado y controvertido: Las flores del mal (1857), que sería tachado legalmente de inmoral.
Fallecería en 1867 a consecuencia de los estragos que causó en su cuerpo la sífilis, marcando su muerte el inicio de su leyenda como poeta maldito y padre del moderno simbolismo francés, lo que le valió el reconocimiento mundial.